Se ubica en ríos y caños de la cuenca del Orinoco y Amazonas colombiano.

Payara, Perro, Perra, pez vampiro.

La payara es una de las especies dulce acuícolas de escamas más grandes que hay, con record registrado en IGFA de 33 libras y 8 onzas. Son peces que poseen prominentes colmillos que usan para atrapar o inmovilizar a sus presas, estos se incrustan en cavidades ubicadas en la zona craneal cuando el pez tiene la boca cerrada. Estos colmillos le dan un aspecto prehistórico, incluso aterrador.

Las payaras se pueden ubicar en paleras de caños y ríos, aguas rápidas, estructuras de piedra y los especímenes pequeños de esta especie se crían en caños y zonas o lagunas de inundación.

Son peces migratorios, que viajan distancias cortas aguas arriba para su reproducción, formando grandes cardúmenes, en ese momento no debemos pescarlas, para permitir que se reproduzcan con éxito.

Esta especie es netamente carnívora, se encuentran en grandes cardúmenes y atacan señuelos o moscas de superficie y media agua. Son muy difíciles de enganchar porque su estructura bucal es muy dura, la fuerza que tienen es sorprendente.

Para su captura podemos ubicarlas en paleras, lanzado señuelos o moscas de superficie o media agua, también se pueden pescar en aguas rápidas de ríos y caños, se debe recoger el señuelo o mosca con rapidez, tendremos muchos ataques, la mayoría de los peces no se van a enganchar.

Para su protección debemos practicar el capture y libere, pero en esta especie el manejo de las buenas practicas para su manejo y liberación es mas importante, pues son peces que requieren mucho oxigeno y son muy sensibles a morir por asfixia al ser sacados fuera del agua.

El proceso de liberación debe hacerse muy rápido, no tomarse muchas fotos, ni pesarla o medirla fuera del agua, además de no usar guantes en su manipulación. También se recomienda manipularla con cuidado de no ser mordidos por el pez, con sus colmillos pueden atravesar extremidades.

Se recomienda revisar la guía para el buen manejo de los peces
“Capture y Libere” por Carlos R. Heinsohn.